El sábado anduvimos por el centro de Barcelona porque mi hermano menor se venía de puente, pero en vez de pasarse por nuestra casa, se quedó en la ciudad condal visitando a sus amistades. Una de las cosas que no aguanto de mi adorado hermanito menor es que, quizá por su pasión de sanitario recién salido de la universidad, se pase el día intentando corregir nuestros malos hábitos. En mi caso, mi tendencia a doblar la espalda hacia mis interlocutores. Yo sé que hago mal, pero es que mi hermano tiene poco tacto. Y sí, yo sé que no debo lanzar mis 174 cms. de alzada hacia adelante porque me quedaré jorobada, pero que un tío que tiene el feo e insalubre hábito de fumar te intente enmendar es para mandarlo a freir puñetas.
Una curiosidad que fotografió mi mitad delante de la catedral. Fíjense en la vendedora de la once y su par de pares de gafas.
1 comentario:
El par de pares se explica. Con uno ve y con el otro evita que el sol le quite lo que le queda de visión. Cuando yo era miope alguna vez me puse las gafas oscuras sobre las gafas "de ver" porque el sol me tenía frita y no tenía gafas de sol graduadas... y como siempre me ha importado poco la opinión de la gente... pues asi parece ser con esta mujer. Que te mejores prontito :)
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