Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

lunes, 11 de enero de 2021

Carnavalada capitolina

 Cada vez tengo menos tiempo para escribir, cosa que es lamentable. Y mira que salen temas, aunque ni voy a hablar del covid, ni del frío glacial propio de la estación, ni de las nevadas a las que no están acostumbradas en ciudades, aunque llevo días queriendo hablar del asalto al capitolio por una panda de blancos supremacistas fachorrepublicanos estadounidenses. Esa gente que va de carnaval disfrazada de búfalo, de soldado de la guerra colonial o de militar filonazi que se cree con más derechos que nadie a la hora de imponer, y digo imponer, su verdad sobre la realidad aparente. Lo malo es que esta verdad propia hinchada a base de bulos es otra contagiosa epidemia que asalta a fascistas de otras latitudes.

El asalto al congreso norteamericano, aunque pudiera parecer una carnavalada es algo bastante serio, aunque estoy convencida que muchos de los asaltantes lo creían tan serio como el incidente del cargamento de té del puerto de Boston que figura en los anales de la historia como el origen de la independencia de las colonias norteamericanas de la corona británica.

Carnaval adelantado.

Ni Alexis de Tocqueville podría haber previsto semejante bufonada cuando escribía sobre la democracia americana allá por los comienzos del siglo XIX, cuando los useros iban de próceres de la democracia. Esto no es sólo cosa del desequilibrado de Trump. la cosa viene de más allá. En muchas zonas estadounidenses la derecha más recalcitrante, esa que ensalza el supremacismo del hombre blanco protestante, es la que pelea por recuperar esas parcelas del poder que siente cómo le comen otras ideas más modernas. Los soplidos a las brasas de ese majadero de Trump lo único que han hecho es eso: Avivar el fuego intolerante.


Los Dixies trumperos pasando por Washington.

Un asalto como el del día de reyes pasado no es algo que se haya improvisado, como es lógico suponer. La bravuconada del majadero saliente sólo fue la espoleta; el arma estaba cargada con anterioridad. Lo peor es la connivencia de las fuerzas del ¿orden? que no dudaron en desplegar al ejército y a la famosa guardia nacional cuando muchos fueron a protestar por el asesinato de George Floyd con el black lives matter, y, sin embargo, con la algarada ultraderechista de los tramperos, sólo había cuatro maderos mal pertrechados.

Y al  final, un montón de chorizadas en el capitolio y una vergüenza suprema ante el mundo mientras ese majadero sale por la puerta de atrás sin un miserable atisbo de arrepentimiento. Es lo que pasa por dejar a los abusones en cargos de poder.



3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Los americanos se lo tienen merecido y ganado por soberbia, el 11 de septiembre con el ataque a las torres gemelas se dieron cuenta de que podían ser atacados desde el exterior, con la usurpación del capitolio se han enterado que también pueden ser atacados desde dentro y por su propia gente, la gran democracia del mundo y el país económicamente más fuerte, realmente es un grande con los pies de barro. Nunca me he visto reflejado por un país que lleva armas como vulgares pistoleros, tampoco me interesa su democracia que solo mira a los poderosos, claro ejemplo el presidente saliente, una vergüenza para su país y para el mundo, ¿se habrán dado cuenta?

Saludos

Anónimo dijo...

Siento decepción por el artículo mencionado. Creo que no os habéis enterado de que el asalto al Capitolio, no es como nos lo han dicho los medios corporativos(lavado de cerebro). El torpe de Trump ha caído en la trampa que le tendieron los Demócratas. Que sepáis en el otoño pasado la América Profunda(financieros, militarista, banqueros y demás élite criminal decidieron quien sería presidente. El pueblo no pinta nada. No doy más datos, para informarse hay que esforzarse en tener otros puntos de vista en gente concreta, indagar más información para poder comentarla. Importante usar el cerebro y no dejarse llevar, es el lastre en las sociedades occidentales.

El Chouan Ibérico dijo...

La verdad es que lo sucedido en el Capitolio hace dos semanas tiene su sentido cómico y hasta resulta ejemplo de que no se puede ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

El 23 de Febrero de 1981 el Washington Post decía que "un loco vestido de torero atemoriza al Congreso de los Diputados" y ¿Ahora? ¿Que tenemos que decir del loco de los cuernos?.

No obstante y a pesar de que estos acontecimientos tienen su punto humorístico, lo cierto es que fue una tragedia no ya por los fallecidos, que también, sino por la situación que vive la sociedad norteamericana.