Tengo un bló

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Tmeo, la mejor revista de humor

jueves, 21 de junio de 2018

Trumpadas deshumanizadas

Paro delante del ordenador un segundo para reflexionar sobre las inhumanas medidas desmedidas de ese ceporro de cabello oxigenado que atiende por Donald Trump. Dede luego, todo el mundo, y cuando digo mundo digo el orbe entero, acusa con el dedo a ese despiadado empresario que cree que un Estado, o en su caso, muchos, se puede tratar como una empresa y echar a los que le sobran.

Pero tan culpable es el visible Trump, el títere del que todos esperan  a ver la próxima cencerrada, como los que aprueban, ejecutan, acatan y se muestran favorables a separar niños de sus padres, inmigrantes todos ellos. Algunos incautos se creen que esto no es más que mera propaganda antitrump, otros, por el contrario, se muestran secretamente favorables a la medida antiinmigración excusando que esos niños son los pandilleros del mañana.

Detención en el sur fronterizo de EEUU

Trump, es un whasp, un blanco -y oxigenado, anglosajón protestante, y, como todos los whasp, inmigrante porque algún reciente ancestro navegó (O tomó un avión) hacia la costa norteamericana. Su abuelo paterno, cuyo nombre era Friedrich Drumpf, apellido, como se puede apreciar, de origen alemán, que acabó anglizando, llegó a finales del XIX procedente de Centroeuropa y, como hoy, fue otro inmigrante que no sabía hablar una palabra de inglés.

La madre de Trump, fue una escocesa que llegó a EEUU en 1930, época de crisis mundial, como ahora, y no fue nacionalizada hasta 1942, cuatro años antes del nacimiento del pato Donald. Con antecedentes familiares tales, la cabeza visible y oxigenada del gobierno norteamericano debería haber sido menos cruel y mezquina, pero, no. Hace América más fuerte e intolerante.

Pero no os dejéis engañar. Trump no es más que el títere, aunque sea un tipo arrogante, insufrible, porcino y despreciable, él sólo es el blanco, jejeje, sobre el que disparar la indignación. Hay muchos que piensan como él que ejecutan estas leyes con inusitada alegría y que están a favor de enjaular a lo que ellos creen animales.

Y, aunque la gente de por aquí se muestre tan sorprendida y apesadumbrada, por si acaso, no nos muestran los CIEs, los pasos fronterizos del sur de España, las pateras, los montes donde los inmigrantes esperan con desesperación poder colarse y las miserias y destrozos que muchas mujeres deseosas de una vida mejor sufren para poder conseguirlo, si es que llegan con vida.

Que las miserias de Trump son compartidas por muchos caucásicos de nuestra U.E.

2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Es lo que he comentado a un amigo blogero, sirve como comentario a tu entrada:

Es cierto que el egoísmo, el individualismo es lo que domina, es cuestión de ver como está funcionando Europa y EEUU con respecto a la migración, que les den por culo a los demás mientras yo abrazo mi bandera, eso sí, olvidamos cuando éramos nosotros los emigrantes; los americanos ¿quienes son?, italianos, irlandeses, europeos en general y para no meterme en mas berenjenales diré que eran lo peor de por aquí, también se nos ha olvidado que los Españoles fuimos emigrantes, o es que no nos llaman "gallegos" a los españoles en toda América Latina debido a la emigración durante y después de la Guerra Civil, luego están los Alemanes, Italianos, Holandeses, Ingleses con sus dominios en África y Asía donde esquilmaban todo lo que podían y más. En fin, no quiero seguir, esto da para un libro y muchos más, para resumir, se nos olvida quienes fuimos y de donde venimos.

Anónimo dijo...

Un conocido escritor gallego afirmaba que: "en Galicia el pueblo no protestaba...emigraba". El caso es que Galicia hoy sufre una trágica crisis demográfica que amenaza su existencia. Algo como lo que pasó con el campo, hoy abandonado por las emigraciones a las ciudades. Tampoco hay que olvidar que las remesas de emigrantes, junto al turismo eran los soportes económicos del criminal régimen franquista, que por otra parte se deshacia de generaciones de jóvenes que en caso de un estallido social, serían los actores principales.
No soy contrario a la emigración, solo a la emigración forzada. Me precio que entre mis mejores amigos tengo a verios ex compañeros de trabajo de origen magrebí. A los que siempre les mostré mi solidaridad de compañero de clase. Por eso me preocupa los migrantes que después de un año de no conseguir un contrato laboral, la sociedad los convierte en fantasmas sin identidad, deambulando por las calles.
Lo que ocurre es que ahora la sociedad capitalista en crisis, no puede absorver la ingente cantidad de obra, que antes robaba a los paises africanos. De no poner remedio, en poco tiempo estallará un estallido social en medio de una Europa xenófoba. Creo que todo el dinero empleado en CIES, ayudas, represión, control etc. de la emigración, y mucho más, hay que invertirlo en África, para que las personas no se vean obligadas a emigrar. Así no tendríamos que acojer a los Boko Haram, fletados por el criminal sionista George Soros, cuyo empeño es destruir Europa, y ellos a luchar contra los sátrapas puestos por el imperialismo y las transnacionales que saquean sus riquezas.