Tengo un bló

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lunes, 11 de noviembre de 2013

A vueltas con Unamuno

Ayer rescato del facebook un enlace a una noticia publicada por el diario "vocentero" el correo (de Bilbao) en el que el impagable José A. Pérez relata una chusca historia que ha ocurrido en el ayuntamiento del viejo Botxo a raíz de la intención de decretar el 2014 como el "año Unamuno". Resulta que todos los partidos de acuerdo, excepto Bildu porque de un plumazo y sin reflexionar, cosa que hacen demasiadas veces y eso no es nada bueno, deciden que Unamuno era enaltecedor del fascismo en su última etapa y un menospreciador del euskara. Lo cual también es una majadería.

También sería justo decir que el correo no es una publicación imparcial y que tanto ella como su hermana donostiarra (El diario vasco) se pasan la vida intentando denostar al grupo político multicoaligado de la izquierda abertzale (Aunque algunos de los partidos de izquierda tengan lo que yo de luchadora turca con bigote).

Unamuno en un acto republicano en la plaza mayor salmantina

Pablo Martínez Zarracina, el periodista que firma, empieza diciendo que Unamuno está en buena forma, lo cual queda un poco desencuadernado. Es muy hábil para unificar el voceo que soltó el legionario Millán Astray a Unamuno en Salamanca, allá por los albores de la guerra incivilizada, con lo que argumenta la concejal de Bildu, por cierto, con apellido de guerrillera de la guerra de la independencia. ¡Qué pena que el periodista se ha dejado esta feliz coincidencia! Quizá es que no la conoce, a la guerrillera, digo, porque bilbaínos ilustres, sólo los hombres, por si acaso.

Lo que dice Bildu, claro, es una patochada, pero nadie explica, y debería, para verse que hasta los prohombres pueden pecar de infantilismo, a qué se refieren los de bildu con eso de que el novelista y filósofo era un menospreciador de la cultura vasca, porque tiene su miga. Aparte de esto y de razonar según su visión que la república no era una forma de gobierno sensata, como otros muchos pensadores, Unamuno, como la gran mayoría de los intelectuales de su época, era un misógino convencido. La lástima es que no hayan incidido también en esto. Que uno sea un buen novelista y un filósofo notable no significa que todo lo que diga vaya a misa, ni que sus opiniones no puedan estar equivocadas.

Sobre el tema del euskara, aquí va la anécdota:

En 1888 la diputación de Vizcaya crea una cátedra de euskara a la que se presentan diversos intelectuales con sus méritos, entre ellos, claro Unamuno y un tal Sabino Arana. Ya se sabe que los intelectuales suelen ser vanidosos y encajan mal las derrotas. Unamuno, que como filósofo era grande y dominaba el idioma, creía que con eso bastaría, pero no, la diputación concluyó que la cátedra se otorgaría a un curilla llamado Resurrección María de Azkue, que aparte del currículum, presentó excelente documentación investigadora de esta lengua, con lo cual no había color. Eso debió fastidiar, y mucho, al filósofo bilbaíno, que se creía sobrado para el cargo, y seguramente lo era, pero Azkue no era menos, y en temas de lengua vasca, ciertamente superior.

Este ganó la cátedra y eso, al vanidoso honor intelectual afecta 

Como la fábula de Esopo (Que relatara Samaniego y Bizenta Moguel) en el que la zorra desprecia las uvas porque no las alcanza, Unamuno empezó a despreciar el euskara porque no consiguió la cátedra. Esta es toda la historia. Hablando de fábulas y de dar años a intelectuales ¿Saben en Bilbao, en el ayuntamiento, en bildu o en el correo quién era Bizenta Mogel? A que no. Pues eso, que la vanidad de la intelectualidad se da hasta en los paseantes comunes.

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