Palos al feminismo desde hace 100 años

Desgraciadamente compruebo que hay tanta misoginia entre los conservadores como entre los progresistas y revolucionarios. Y no se puede ser revolucionario si se sigue pensando que la mujer debe estar siempre detrás. Una se pone a leer discursos de la izquierda y se encuentra barbaridades como que el feminismo es un movimiento pequeñoburgués, y por lo tanto, condenable. Con esta base uno ya puede tirar por el retrete todo el discurso de la igualdad de género, como es pequeñoburgués, ya no sirve, y por tanto es despreciable. Eso y reírse de FEMEN, porque son unas payasas, sin tener en cuenta que el movimiento feminista en el "segundo mundo" es muy inocentón y que no tenemos ni idea de cómo funciona la sociedad en esas exrepúblicas socialistas, ya está todo vendido.

Y es que no se puede construir una sociedad mejor a base de despreciar a la mitad de la humanidad, ni ahora, ni hace cien años. Porque toda esta lucha por emanciparse del paternalismo machista que pringa tanto a derechas como izquierdas lleva ya muchos años de brega. Con decir que el feminismo nació en las clases altas (Y el comunismo, no te jode, a ver si Marx o Lenin eran pobres obreros) y que son feminazis, asunto arreglado. De un plumazo niegan la razón de ser de la lucha por la igualdad. El término que tan alegremente usan izquierdistas orgullosos lo toman de un locutor de radio tremendamente conservador estadounidanse que no duda en apoyar al partido republicano yankee. Se llama Rush Limbaugh.

Feminazismo es un término inventado por Rush Limbaugh, locutor de radio yankee

Sacado de "Modernas y vanguardistas". Las mujeres de la España de comienzos del siglo XX, de Mercedes Gómez Blesa.

Pp. 157 y 158. Los intelectuales varones no pueden asumir que a su parcela de poder y sapiencia lleguen las mujeres, a las que consideran inferiores. Tanto es así que hasta los científicos argumentan disparates como

El seno gentil atenúase de día en día en las razas más civilizadas, como presagiando el biberón compensador; el talle se alarga, perdiendo sus graciosas curvas, y el cerebro, inestimable joya, femenil, hecha de adorable sensibilidad, de generosa pasión y de jovialidad atrayente, adquiere paulatinamente la contextura viril, cuando se convierte en lamentable artefacto de cocinar, escribir, calcular y perorar. (Citado por Marcia Castillo)

Gregorio Marañón encontraba anormal el que la mujer se adentrara en el terreno masculino de la cultura. Rechazo que se vió en publicaciones y es prejuzgar obras.

Para Marañón es anormal la intelectualidad femenina

Los intelectuales eran los primeros en intentar sacarse la competencia, aunque fuera considerada mediocre y blandengue. Desde los primeros años de la educación infantil se hacía la separación preparatoria.

A Concha Mendez le dijeron que las niñas no son nada

Concha Méndez, la escritora: Al presentarnos al señor, éste preguntó a mis hermanos: "Pequeños, ¿qué queréis ser de mayores?". No recuerdo qué contestarían, pero viendo que a mí no me preguntaba nada, teniendo la cabeza toda llena de sueños, me acerqué y le dije: "Yo voy a ser capitán de barco". "Las niñas no son nada", me contestó mirándome.

Y así, en esa comunión frente a las mujeres, unos y otros teorizan sobre la ilegitimidad de los postulados feministas, y hacen causa común.