Tengo un bló

Tengo un bló
Tmeo, la mejor revista de humor

martes, 18 de febrero de 2025

El mondo lirondo es hediondo

 El mundo se está volviendo feo. El fascismo se está envalentonando, el  odio y la agresividad cada vez son más cotidianos, los matones y los mentirosos cometen sus villanías y lejos de avergonzarse, sacan pecho de manera fanfarrona. Si hay alguien a quien le gusta el cariz que está tomando nuestro entorno o bien es un inconsciente o, peor, un fascista.

Tenemos un presidente de superpotencia que quiere imponer sus maneras groseras sobre aliados y enemigos, y sus aliados, como no podía ser de otra manera, se arrastran pusilánimes en vez de plantarle cara (Y esos somos nosotros, queridos). Quiere dejar de gastar pasta en su estúpida guerra proxy donde el principal damnificado no tiene ni voz ni voto. Se van a repartir sus bienes y la impotencia es lo que se desprende. Pretende llevar a cabo un expolio de una tierra saqueada, cuyos habitantes serán expulsados para mayor alegría de su genocida principal y va a convertirlo en un oasis para ricos, para que jueguen al golf y se pongan morenos a orillas del Mediterráneo.

Por lo que a nuestra casa respecta, algunos incautos dan voy y apoyo a gentuza peligrosa que amenaza sin parar a quien se enfrenta a sus villanías. Somos inconscientes de lo que supone tener a un montón de chupópteros mediocres gobernando sin saber hacer frente a las desgracias, ya sea una riada, ya sea una gestión sanitaria de pandemia, que encima demuestran su desvergüenza mientras ponen la mano pedigüeña y dejamos que salgan en la tele mostrando su mediocridad y sus estupideces mientras algunos los protegen y les lavan la cara de cemento armado que tienen.

Criptocretinos siguiendo a un estafador.


Al menos nos queda reírnos de la cantidad ingente de incautos que han picado ante la estafa insultante que ha cometido el sátrapa de un país austral. Lo inquietante es que a este ¿economista de saldo o boludo de manual? poco le importa haber arruinado  a tanta gente. Espero que todos esos incondicionales criptocretinos arruinados se den cuenta del enorme error que cometieron, no comprando caro el aire sino erigiendo a otro mediocre vocinglero y vendehumo jefe de estado de un país entero con gente que verdaderamente lo pasa mal.

Lo que más me fastidia de este imbécil que se dice "libertario" es que detente el simbolismo de una palabra como si la hubiera inventado él, cuando es un término que lleva en uso más de ciento cincuenta años y que significa absolutamente lo contrario: Solidaridad, igualdad y justicia. 

Una recomendación, amigos, dejen de usar el término libertario para referirse a un liberal mediocre y estafador. El verdadero movimiento libertario, también conocido como anarquismo, no se merece semejante ignominia. La gentuza como el estafador argentino no es libertaria sino liberal ignorante y estafadora. Tenedlo bien claro.

miércoles, 29 de enero de 2025

Cine sin salas de cine

 Me toca hablar de cine este viernes y no sabía sobre qué hablar. Últimamente veo mucha serie de muy demediada calidad y poca cosa más. No quería volver a hablar de una serie. la mayoría no valen gran cosa y, como para afinar gustos, acabamos viendo series policíacas o thrillers donde los servicios secretos norteamericanos van a matar a domicilio a países, cada vez menos, soberanos de la UE, tenía muy claro que "de eso, nada".

Así que el otro día quise recordar la última vez que fui al cine,  o la penúltima, y recordé que había ido a ver el 47. También fui a ver más o menos por la época la habitación de al lado, de Almodóvar, pero no me impactó tanto como la del secuestro del bus que sube al barrio abandonado de alejada cima que es "la torre del Baró", mercadillo semanal, los viernes.

Un Pegaso de los 70. Los de mi ciudad eran azules (Y siguen siendo)


Estando de vacaciones en mi carísima ciudad el pasado octubre, una noche subíamos a casa toda la cuadrilla cuando acertó a subir al mismo colectivo mi tutora de octavo de EGB (segundo de la ESO para la gente menor de 45). Por mucho que pasen los años se acuerda de mí (O fui muy buena alumna o fui una salvaje de recuerdo terrorífico). Me contó, aparte de decir que estaba esperando la jubilación para este año, que venía de ver el 47 y que salía impactada. Ella es barcelonesa de toda la vida y me contaba que recuerda los barrios chabolistas (En plan Somorrostro).

Hablar con ella y tener unas ganas inaguantables de ver esta peli y Marco, ambas interpretadas por Eduard Fernández, que está bordando el año, eran todo uno. A la semana fui a ver la del chófer y no pude ver la del presidente de la amical Mauthausen, porque aquí, las pelis en el único multicine  mugriento que nos queda, no duran más que la semana del estreno. 

¡Y mira que tenía ganas de ver esta del impostor deportado! Recuerdo cuando se destapó la historia de este presidente de la amical Mauthausen. Años siendo el presidente y no había estado ni en Flossenburg ni en ningún otro campo.

Esperando que la echen en los canales de pago o vuelva por efecto de los goyas.

Me voy, que se me hace tarde.

Besitos

jueves, 9 de enero de 2025

Año nuevo, mentalidad vieja

 Y ya llevamos un rato de enero recorrido y este blog sin actualizar entrada. Me voy a tener que poner en serio con esto de los propósitos del año nuevo que...Naaah, nada de eso. Una va a seguir con el único propósito en el que me mantengo firme: La gandulería. Pero hoy paso por aquí a dejar una escueta reflexión sobre un fulano al que le gusta alardear de mentalidad de cafre, que es le gañán facha que ha montado una empresa de echar a desahuciados de viviendas.

Por si alguien a estas alturas lo desconoce, Irene Montero ha sacado un libro hace bastante poco y va  promocionándolo por un montón de lugares desde hace varias semanas. La cosa es que, por lo visto, mañana da una charla sobre este en el local hostelero de su esposo. Para la presentación, además de la propia autora, habrá otras mujeres con cosas que decir, entre ellas la lúcida periodista peruana Laura Arroyo, de la que debería decir que es una suerte para nosotros que haya decidido venir a vivir a este reino  de copas . Hasta aquí, todo normal.

El gañán anteriormente mencionado, al que por lo visto, le debe asustar una reunión para presentar un libro en el que, fundamentalmente, asistirán mujeres, hace unas horas (O días, la verdad es que lo que diga el fulano me da igual) ha anunciado que acudirá con afán de gresca y siempre acompañado por un hatajo de aguerridos cultivadores del cuerpo, pero no de la mente. Con ello, aparte de la publicidad granjeada y el aplauso de los que nunca piensan, no ha caído en la cuenta de que su bravuconada le hace quedar como un patán, un cobarde que se atreve con mujeres pacíficas apostando por su fuerza bruta (Más bruta que fuerza) y un fascista, que es lo que es, porque quiere ir a reventar un acto pacífico para imponer su voluntad mononeuronal de que las mujeres no se atrevan a hablar allá sobre este libro.

Porque Irene Montero seguirá presentando su libro, como lleva haciendo hace ya semanas, a pesar de las bravuconadas testiculares de un mamarracho. 


Es decir, aparte de generar publicidad gratis a la taberna Garibaldi, porque habrá curiosos que se acerquen sólo por el morbo, o por ser antifas, o por ser los primos fachas de zumosol de este cretino, crean publicidad gratis de la obra de Irene Montero. A esto se le llama efecto Streisand. El ser simple éste, además, comete la villanía de decir que entrará al acto "por pelotas". Hay que ser zafio y mononeuronal. Derroche de testosterona para imponer su voluntad ante unas mujeres que usan la palabra. Fuerza bruta ante el miedo al uso de la palabra. Lamentable.

Este tipejo no se ha parado a pensar cómo queda retratado. Quizá alguno de su calaña le jalee las pocas gracias que tiene, pero espero que muchos abran los ojos a lo que significa tamaña bravuconada de machito que quiere imponer su voluntad callando bocas ante unas mujeres pacíficas que se reúnen para un acto intelectual. Mentalidad retrógrada. No se ha parado a pensar en lo que significa la manifestación de sus actos de mañana. No se ha parado a pensar, punto.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Nos está quedando un fin del mundo de lo más desolador

 Si una no escribe más a menudo es porque lo que ve y escucha es aterrador. Y no, no voy a hablar del parásito retrepado en su poltrona de la Generalitat valenciana que, lejos de conocer la vergüenza, se resiste a dejar un cargo por haber demostrado una negligencia monumental. Es normal que él no lo haga porque en este país en el que vivimos nadie es capaz de asumir sus responsabilidades aunque cobren, y muy bien, por ellas.

Lo mismo se puede decir de esa chula lenguaraz que no repara en pensar lo que va a largar, aunque tenga siete mil doscientas noventa y un motivos para hacerlo.

7291 coches que se iban a morir igual.

Tampoco es que las cosas estén mejor en esa superpotencia en declive que nos va a arrastrar a todos. Antes de que vuelva el chulo de piscina anaranjado a la casa blanca, el viejo de las facultades mentales mermadas saliente ha permitido al payaso de Ucrania que lance misiles al país invasor, Rusia, convirtiendo a Ucrania en exactamente lo mismo, con lo cual, desde ya, la cobarde Unión "Europeda" debería sancionar al nuevo país agresor y cortarle de raíz toda "ayuda".

De la misma manera, al genocida israelí y a sus ministros instigadores ultras, habría que detenerlos, juzgarlos e ingresarlos en Gaza a pasar penurias a ver qué les parece vivir en esas condiciones sin derechos para absolutamente nada.

Y con esta porquería de mundo que nos está quedando, con esa cantidad de poderosos yéndose a la república petrolera de Azerbayán a hablar de la ,crisis mientras van y vienen  contaminando más que nadie con sus putos jets, a la clase trabajadora le van a prohibir ir en sus viejos vehículos a trabajar puntuales a sus polígonos industriales perdidos de la mano de San Capitalismo porque no hay empresa de transportes que tenga un servicio colectivo ni medianamente adecuado para ello. 

Que comiencen los juegos del fascismo....y que nos escondamos bien.

jueves, 14 de noviembre de 2024

Otra vez va de libros

 No es que quiera hacer un monográfico ya que, igual que en el artículo anterior, esta vez también voy a decir algo sobre un libro y la falta de rigor. Estaba buceando en uno de esos canales de pago, porque en esta casa estamos algo enganchadas al true crime, y entre capítulo y capítulo de la serie escrita por el periodista Carles Porta, me apareció un viejo reportaje de Jon Sistiaga. No es que Jon Sistiaga me parezca un periodista excepcional, esa es mi humilde opinión, sin ánimo de ofender, pero recordé que hacía unos meses había caído en mis manos una novela suya, así que voy a dar un par de pinceladas sobre esta.

Sistiaga probó en la novela siguiendo la estela de Fernando Aramburu, en ambos casos maltratando el euskera en sus obras. Me parece que de esto ya hablé. Y es que para los castellanoparlantes, por muy nacidos vascos que sean, pero no euskaldunes (Vascoparlantes) les parece de lo más natural que sus personajes, presentados como euskaldunak, hablen destrozando el castellano, aunque sea hablando entre ellos, a pesar de que, lógicamente, deberían expresarse en euskera. No sé si me explico bien. Las obras de estos escritores, más allá de lo que traten, están pensadas para castellanoparlantes que no conciben que la gente hable otra cosa. A los  vascoparlantes nos resulta ilógico. Pero lo de hoy no va por ahí.

En ambos libros se representan ciertas similitudes: Mujeres que son las que sufren, aunque Aramburu les da un protagonismo que Sistiaga no. En ambos hay el cerebro a la sombra que recluta pero que se queda a salvo. En ambos está la figura del sacerdote malvado. En ambos está el policía torturador que pasa de puntillas...Un escenario estereotipado y mucho lugar común.

Purgatorio, de Sistiaga, me pareció un poco formato "el Hacendado" si lo comparamos con Patria, de Aramburu, aunque ambas ficciones son eso y no bastante logradas. Lo que me molesta de Purgatorio son dos cosas. Una, que su personaje femenino (Otra novela que no pasa el test de Bedchel) se llama "Alasne". ¿AlaSSSne, en serio? Al autor hondarribitarra se le debería caer la cara de vergüenza porque Alazne va con ese y los guipuzcoanos, sobre todo los del este, deberían saber diferenciar las eses de las zetas en euskera. Por cierto, Alazne es Milagros, por si alguno se lo pregunta.

Pero lo más inconcebible de todo es que Sistiaga, en uno de sus párrafos casi al final, habla de un paraje relativamente cercano a Hondarribia situado en el término municipal de Lesaka, llamado Agiña (Léase "aguiña" en castellano) en el que describe el paisaje y recrea Domiko, San Antón, el monumento al padre Donostia...  Y en su descriptivo atardecer hace que tras Peñas de Aia se oculte el sol. 


Vivo a más de 400 kilómetros de aquél lugar pero cuando lo leí abrí los ojos de par en par ya que he visto mil veces amanecer y atardecer en ese lugar. Jon Sistiaga ha hecho ponerse el sol por el este. Debería documentarse mejor. Una pena.

martes, 5 de noviembre de 2024

Una página de novela que hace sangrar los ojos de cualquier euskalduna

 Hace un par de semanas entré a la biblioteca municipal de esta miniciudad y me puse a curiosear entre los libros. Entre otros, me encontré con una novela de un autor del cual no había oído hablar. Trataba de un malévolo juego de ajedrez mezclado con crímenes, así que lo pillé en préstamo. Cuenta una historia en tres tiempos que  a mí se me terminó haciendo pesada, pero para pasar el rato, está bien.

El autor es donostiarra y es unos años mayor que yo, por lo cual, debería, al menos, haber dado la asignatura de euskera, como mínimo tres veces a la semana en la EGB, aunque fuera para saber conjugar los verbos auxiliares y que le suene qué auxiliar se emplea en caso de que el verbo principal sea transitivo o intransitivo. Para la gente que no sabe euskera puede parecer muy raro, no más que diferenciar entre to be y to have en inglés, pero para quien ha tenido una mínima clase de euskera en la escuela, eso no debiera representar un problema.

Lo cierto es que el autor comete tres fallos garrafales que, a ojos de un euskaldun (vascoparlante) hace llorar. Primero es que a un anciano maestro varón lo llame "el andereño" que es, literalmente, llamarlo "el señorita". A las maestras de primaria se las llamaba "la seño", pero no a los varones. No es que no se haya documentado, es que ni ha mirado el google translator.




A continuación, para enfatizar lo vascoparlante que es el señorita, va e intercala una media frase. El autor quería poner "¿Qué pasa?", per ha acabado poniendo "¿Qué pasar?". Zer pasatzen? necesita el auxiliar, tercera persona de singular, que es "da". Lo correcto sería "Zer pasatzen da?".

Y lo tercero en la misma página, que me hace sangrar los ojos es que para hacerle decir al personaje "¿Comprendes?", le dice algo así como "¿Tú tengo comprendiendo?". El verbo entender es transitivo y el colega le ha colocado el auxiliar de intransitivo. No es solamente que use, para que me entendáis el verbo tener en vez del ser, sino que, encima usa la primera persona del singular en vez de la segunda cuando debería usar esta última. Dice "Ulertzen naiz?" cuando debería decir "ulertzen duzu?".

Y ya no es que el autor no hable el suficiente euskera para no meter la pata a la hora de escribir, es que ni se ha cuidado en preguntar a alguien de su entorno cómo se expresan estas frases. Se ha documentado sobre ajedrez pero no ha considerado tener un mínimo de tacto a la hora de dotar a un personaje de unos rasgos que destroza. Pero aún peor la editorial, Maeva, que tendrá muchos correctores que deben estar "mahatsen bila" (A por uvas).


martes, 8 de octubre de 2024

 Ayer fue 7 de octubre y, por lo tanto, se cumplió un año del ataque de Hamás a un asentamiento de colonos israelíes. Este hecho desencadenó la excusa perfecta para que Israel, sin sonrojo alguno, aprovechara, cual niño consentido por mamá EEUU, para atropellar a cualquier palestino, no ya en Gaza, sino en Cisjordania, también. Saldrá largando mucho entendido en relaciones internacionales y mucho politólogo pero las cosas son así de claras: Israel aprovecha la excusa del atentado para intentar conseguir por los medios más abyectos su objetivo, igual de despreciable, que es expulsar a los palestinos de su tierra y quedarse con toda ella imponiéndose al mundo y al sentido común con chulería y desprecio.

En estas que, ayer mismo, había quedado yo en el centro de esta miniciudad cuando advertí que un número muy reducido de gente se colocaba detrás de una pancarta que rezaba "Aturem les guerres" (Paremos las guerras), algo muy loable. Me pillaban un poco lejos para escuchar la alocución del acto. Un acto muy digno pero con poco poder de convocatoria. Ni yo me había enterado, aunque desconozco qué asociación la llevó a cabo.


Estaba hablando con una amiga cuando, de repente, el acto acabó con un himno, y me pareció un poco llamativo, quizá, más bien, chocante, el que decidieran utilizar un canto a la paz definitivamente judío. Ojo, no soy tan simple como para no diferenciar la religión mosaica del estado de Israel, menos democrático de lo que nos quieren hacer creer, por cierto. Preguntádselo a las mujeres que se quieran divorciar, ya que es un estado confesional, por ejemplo.

No es que me parezca mal, pero me chocó mucho, aunque lleve la letra que le puso ese creador de hits de la música católica que fue Cesáreo Gabaráin, del que hablé hace más de diez años, por cierto. El tema  original es popular de la pascua hebrea. No sé yo si se han dado cuenta de lo impactante que supone, o está hecho aposta y pretenden que sea "integrador". No lo sé. Pero me da que israelíes y palestinos (Y hablo de nacionalidades, no de religión) estarían de acuerdo en que no es la pieza adecuada para la proclama final de un acto contra el genocidio, por mucho que lo llamen simplemente guerra.