Me siento culpable. No toco el blog a no ser que tenga que encender el pc para otros menesteres. La molicie y la procrastinación me dominan, y yo me dejo. Esta semana tengo el turno cambiado y trabajo por la tarde, así que aprovecho tempranito por las mañanas para dar reconfortantes paseítos en buena compañía.
Una mañana de estas, fijándome en la flora de los lados del camino comprobé que hay una ingente cantidad de endrinos con las bayas bien azuladas. Cómo se nota que esta no es tierra de hacer patxaran (Permitidme que lo escriba a la vasca, sin tilde) casero porque nadie las coge....Yo sí. Me agencié unas pocas para elaborar un buen licor afrutado.
En casa quedaba un poco de anís de badaloní (Permitid que catalanice el gentilicio, ya que es suyo) y me he currado un licorcillo que en unos meses de maceración y reposo dará su resultado.
Hacía años que no "fabricaba" patxaran, pero creo que no he perdido la mano.
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