Soy la mediana de tres hermanos, y la única chica. Mi hermano mayor me lleva un par de años y siempre ha sido el que traía la música y del que aprendía. También es el que rasgueaba la guitarra y se pasaba las horas preguntándome "¡Juli, Juli, a ver si sabes qué canción es esta!" y yo, como abnegada hermana le decía " Espera, es ¡Cállate de una vez y déjame ver la tele!". Ya sabéis, cariño fraternal envuelto en pequeños rifi rafes de colorines.
Otro documental, algo viejo
Lo cierto es que gracias a él, yo iba conociendo a AC/DC, a Scorpions a the Clash, a los Specials (Mi hermano oye de todo, una bendición) y como no, a los grupos que eran de casa: Tijuana in blue, La polla, Hertzainak, Eskorbuto, y sobre todo Kortatu. Por edad, nosotros llegamos a Kortatu recién formado. Teníamos todas sus cassettes. A mi hermano le habían regalado para su cumpleaños a comienzo de verano una torre Hi-Fi que tenía en el cuarto. Me tenía prohibido meter cassettes que no fueran suyas porque, según decía, rompían la torre. Cosas como los aburremuertos de Spandau Ballet, que alguna amiga mía me había dejado, más que nada porque le gustaba el cantante, ya que no teníamos ni puta idea de inglés, y a mí me aburría aquél pop presuntuoso con hombreras. Sin embargo Kortatu me parecía la leche, y la Polla, que cantaba cosas sorprendentes, para sonrojo de mi madre, por ejemplo, y Hertzainak, cuyo primer disco, aunque lo conocí tarde, me parecía más redondo que el propio vinilo. No me cansaba de escucharlos.
El salda badago, Un documental en 7 partes:
Tuve que esperar a tener unos pocos años más para ir a verlos a conciertos, y mis amigas no eran, precisamente, seguidoras de esta música. Sólo estaba S, que los acababa de descubrir. Las fiestas de los barrios y pueblos organizaban conciertos y los eventos para las ikastolas, tipo Nafarroa Oinez, Kilometroak, Herri Urrats, Ibilaldia o Araba euskaraz, nos hacía asequibles oirlos sobre un escenario, por lo menos a los que cantaban en euskara, como Zarama, el grupo de Nineuk.
Me pasé la adolescencia y la primera juventud escuchando estos grupos y los que nacieron gracias a ellos. Parece mentira que hayan pasado 30 años. Pero, es verdad, como decía Hertzainak en su primer disco, "el Rock and roll no dará jamás dinero en Euskal Herria, pero será más alegre que nunca". ¡Qué buena canción!. Os la dejo:
Ta ezer ez da berdin:
Y si os interesa el tema, buscad el libro de Elena López Aguirre, que tocaba en Potato, llamado "del txistu a la telecaster". Una obra imprescindible para conocer de fondo la música vasca de los 80.
7 comentarios:
Cada cual tira hacia sus raíces, ¿o será al contrario? Me gusta el entusiasmo y buen rollo con que lo cuentas. Los vídeos, lo comprenderás, como que no los voy a pinchar, jajjjj, tengo artrosis en el dedito pinchante. Muxu bat.
¡¡Que tiempos aquellos!!, y aunque ningún tiempo pasado es mejor, la música de los 60, mi época, es la mejor de todos, el resto, pura copia.
Un abrazo.
La inteligencia también se nota en los gustos.
Lo siento Juli, analfabeta total en rock vasco (no conozco ni uno) pero me encanta la vehemencia con que lo explicas, se nota que lo disfrutaste!!!
Un petonet,
pues mira también muchos de ellos me acompañaron en la infancia y adolescencia... En mi pueblo, de Teruel, había mucho seguidor del rock vasco. Me ha encantado el post!
y yo q no escuchaba ninguno de esos bueno un poco kortatu y res. No me des peskus pero sí, yo fui al velodromo a ver a Spandau Ballet jajaja
GABS: Si yo no hubiera tenido un hermano mayor, tampoco los hubiera escuchado. ¿Oye, cómo va el tanteo de los peskus? Porque tienes que darme el par tuyo, los de Firefly...Y ya no me sirve el "en la cabeza, no,que estoy estudiando" ;D
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