Días intermitentes. Uno laborable, otro festivo; uno bajo cero, otro con temperatura suave. Con esta climatología "ahora, sí, ahora, no" no me extraña que acabemos afectados en nuestra cordura.
Aún todavía, cuando luce el sol mortecino de diciembre, la chumbera del camino luce con todo su esplendor y sus higos colorados.
Nadie viene con un par de guantes y un cuchillo a por la fruta.
Adiós, muchachos (1987)
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A esta peli le tengo un cariño especial. La primera vez que la vi cursaba
yo la secundaria. En aquella adolescencia miraba con especial interés la
histo...
Hace 1 día
1 comentario:
A mi me encantan los coloraos aunque ya tenemos que esperar al próximo año para volverlos a catar.
Saludos
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