"Me gusta como eres" le decía alegre. "Júrame que no cambiarás nunca tu manera de ser," le suplicaba con una sonrisa mientras automáticamente maquinaba como transformarla en su ideal absoluto y como reeducarla a su gusto. La eternidad se convirtió en medio minuto.
Hay muchas lecturas y en consecuencia reflexiones.
ResponderEliminarSaludos
Duro y cierto.
ResponderEliminarYa cambiamos bastante con las sorpresas que trae la vida, así que mejor que nos quieran un poquito menos y no nos quieran reeducar.
ResponderEliminarDecimos que no cambiamos cuando es casi imposible no hacerlo, y no siempre como otros nos querrían cambiar... Es la vida.... Es lo que el tiempo hace con nosotros
ResponderEliminarDecimos que no cambiamos cuando es casi imposible no hacerlo, y no siempre como otros nos querrían cambiar... Es la vida.... Es lo que el tiempo hace con nosotros
ResponderEliminarVaya, vaya...no me gustan las reeducadoras, es verdad que en cosas ayudan, pero te acabas convirtiéndose en lo que no esta en tu naturaleza....y sé de lo que hablo
ResponderEliminarEs bueno. Y lo sabes ;-)
ResponderEliminar