No hay peor cosa que un capellán de cementerio que, a la par de un responso decide hacer un panegírico de alguien a quien no conoce y acaba volviendo sistemáticamente a referirse a sí mismo una, y otra, y otra, y otra vez.
Aparte de la pérdida, del largo día de hospital y tanatorio, encima aguantar a este cenutrio. ¿Oigan, pueden quemar a la vez al cenizo este de la estola morada?.
A ver si se acaba el día este ya.
Sé de que hablas. Lo siento mucho por ti: por tu pérdida y por tener que aguantar eso.
ResponderEliminarUn abrazo, neska.
ResponderEliminarVaya, lo siento.
ResponderEliminarUna patada en el culo bien dada, no le hubiera estado mal.
Un abrazo.
A veces el mejor consuelo es que te acompañen en silencio.
ResponderEliminarUna abraçada Juli.
Hay que hacer oídos sordos, aunque el teatro continúe.
ResponderEliminarSaludos.
... :-(
ResponderEliminargentuza son.
ResponderEliminarUn abrazo
En la última historia de éstas en que estuve, metí la gamba hasta las trancas. El panegírico había sido propiciado por la propia familia. Y yo, que no me callo...me lancé a la crítica feroz. En fin. Por lo menos ahí quedó eso.
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